Por: Dr. Homer Page.

Traducido por Alpidio Rolón García

Braille Monitor, junio 1993

Dr. Kenneth Jernigan, Editor

Homer Page es Presidente de National Federation of the Blind de Colorado, y Presidente de Boulder County Board of Commissioners (Junta de Comisionados del Condado de Boulder). Es además un federacionista reflexivo y comprometido. Tomamos el siguiente artículo de la edición de invierno de 1993 de “The Voice of the Rocky Mountain Blind”, revista de la National Federation of the Blind de Colorado.

Recientemente asistí a una conferencia de Maryland Association of Counties (Asociación de Condados de Maryland) que deseaba que les hablara sobre la implantación de la American With Disabilities Act. Terminadas las actividades del día, un grupo de personas hablábamos sobre asuntos de las personas con impedimentos. Me preguntaron sobre la National Federation of the Blind, y específicamente qué significa pertenecer a la federación. La persona que preguntó deseaba saber cómo el pertenecer a NFB influía mi vida. Pensé detenidamente lo que me preguntó, y contesté como sigue.

Los federacionistas poseen una variedad de características. Algunos somos totalmente ciegos, otros vemos de forma normal y la mayoría está en medio de éstos. Poseemos una amplia gama de puntos de vista políticos, diferencias en nivel educativo y habilidades. Hay quienes son atléticos o con habilidades musicales. Algunos tenemos buenas destrezas de orientación y movilidad, algunos somos viejos y otros jóvenes, pero la mayoría está en el medio. Sin embargo, la firme convicción de que los ciegos somos personas normales, y que somos capaces de llevar una vida productiva e independiente, nos une y elimina lo que nos diferencia. Ocasionalmente la sociedad, bien sea por ignorancia u hostilidad, trata de evitar que vivamos como queremos y como sabemos que somos capaces de vivir. Sabemos que si nos apoyamos mutuamente, y trabajamos para crear mejores oportunidades, aumentarán las posibilidades de vivir vidas fructíferas.

Estamos orgullosos de nuestra organización, y estamos orgullosos de pertenecer a la Federación. Orgullo que surge del saber que continuamente mejoramos el bienestar de los ciegos. Bien sea luchando en contra del discrimen, trabajando con legislación o criticando a los medios de comunicación, sabemos que nuestro trabajo es de alto calibre. También sabemos que si necesitamos ayuda o simplemente queremos hablar con alguien, los miembros de la Federación siempre están disponibles. Nos sostiene, aunque nunca la necesitemos, el saber que podemos contar con dicha ayuda.

En la Federación uno no tiene que ser una estrella para ser querido y apreciado. Tampoco hay que ser un excelente lector de Braille o poseer destrezas excepcionales en movilidad, para recibir el respeto de otros miembros. No siendo una organización elitista, la Federación es para todo el que crea, ciego o vidente, que dada la oportunidad, los ciegos pueden participar activamente en la sociedad. No culpamos a las personas por fracasos que no son de su hechura. Tampoco creemos que todo lo malo que le sucede a un ciego sea producto de una deficiencia de carácter o habilidades. Sabemos que dada la oportunidad, él o ella sabrá sacarle partido. Hay ocasiones en que se requiere que uno escoja a quién apoya. La Federación apoya a los ciegos. Todos sabemos que es así. Por tal razón, damos todo lo que podemos para lograr que la Federación sea una organización exitosa. Pregúntense qué recibimos a cambio.